miércoles, 10 de junio de 2009

ALERTA: ¿VERDAD O LEYENDA URBANA?

Cada tanto surge algún rumor, alguna leyenda urbana que aterroriza a los buenos, honestos e ingenuos ciudadanos. Un hecho una situación que les causa temor y angustia tanto por si mismos como por sus familias.
Es famosa la leyenda urbana de aquel que es seducido por una chica muy bonita que lo invita a pasar una noche de lujuria y placer y que luego de la faena al levantarse al día siguiente, confundido, en soledad y con un fuerte dolor en su espalda, se encuentra con una nota que dice: "Gracias por tu riñon" o "Bienvenido al Club del sida".
Leyendas tremendas que hacen desconfiar hasta de la viejita de arriba o de una simple mascota. Como esa otra leyenda donde una familia compra un pequeño perrito de raza desconocida y con el tiempo se dan cuenta que es de un salvajismo y peligrosidad inusitada. Entonces se ponen a averiguar hasta que se cruzan con un veterinario, de especies exóticas, que les comenta que aquello que parecía un inofensivo perrito es en realidad una rata salvaje de las selvas de Indochina.
En fin, toda esta introducción es para comentarles que hay una nueva leyenda o verdad, ya lo veremos. La historia es la siguiente, un adolescente de 15 años, va caminando por la calle solo. Va a encontrarse con unos amigos. Va medio en el aire, como van los chicos a esa edad, hasta que de pronto algo llama su atención. Un pequeño artefacto blanco con cables llama su atención tirado en la calle, junto a un poste de luz de Edesur. Se acerca con curiosidad y verlo de cerca se da cuenta que se trata de un I pod. Obviamente se alegra y enseguida se pone a investigarlo. Lo prende y se pone a ver que música traía cargada. Había muchos nombres que no conocía, hasta que llego a una carpeta que decía regaetton a la cual decidió ingresar. Empezó a recorrer los tracks y vió que había cargado temas de Daddy Yankee, Don Omar y demás figuras estelares del género. Así fue que puso play y comenzó a escuchar los rítmos y los cantos inentendibles del reggaetton, mientras el jovencito alegre seguía su camino, hasta que de pronto sucedió algo tremendo, espeluznante, impensado.
El adolescente de golpe dejó de oir la música. Pensó que era la pila pero no, porque prontó se dió cuenta de que no podía escuchar nada de nada. El ruido de los autos había desaparecido, los pajaros no cantaban, ningún tipo de ruido alrededor, silencio absoluto. Pronto fue hasta su casa desde donde lo llevaron a un hospital cercano donde lo revisaron diversos médicos que luego de varias interconsultas y estudios habían llegado a un diagnóstico terrible: el chico se había quedado sordo. Completamente sordo.
Pasaron varios días y todavía no hay una explicación. Quedó la sordera del chico y un i pod máldito, al que nadie se atreve a encender.
Mito o realidad, leyenda urbana o un peligro latente.
Por las dudas cuídese nunca se sabe.

Leonardo Martín.

1 comentario:

Regalado En Buenos Aires dijo...

Raro que el IPod, cono todo eso que tenía cargado, seguía funcionando!