Interpol, Oscura Elegancia

La primera sensación que a uno se le viene a la cabeza, al escuchar por primera vez a Interpol, es el parecido en la voz de su cantante Paul Banks con Ian Curtis de Joy Division.

Pero, afortunadamente, su música es mucho más que ello.

Esta banda es oriunda de New York pero, por su sonido, parecieran haber crecido en la Madchester de los años '80, tomando prestado sonidos e ideas de aquella época pero reciclandolo con buen gusto y una notable finura.

Nacieron a fines de los '90 pero recién editaron su primer album llamado "Turn On The Bright Lighs" en el 2002, con un excelente recibimiento de la crítica. Pero es con su segundo disco "Antics" en el 2004, donde la banda encuentra un sonido más oscuro y contundente, tomando influencias de Joy Division y del postpunk, como así también del primer U2 (del que luego fueron teloneros).

Siempre se habla de que el tercer álbum de una banda habla de la capacidad creativa de sus integrantes y lo cierto es que atravesaron con creces el desafío. "Our Love To Admire" aparecido en 2006, muestra al grupo maduro, más refinado de una oscura elegancia pop.

Interpol no está conformado por músicos virtuosos ni que tienen que tocar veinte notas por segundo para sobresalir. Interpol se apoya sobre la excelente y poderosa voz de Paul Banks que le permite manejar un registro amplio y sin que nunca parezca exigido, además de tocar la guitarra rítmica. En primera guitarra está , Daniel Kessler, que toca lo justo y necesario con un sonido vintage. En el bajo, Carlos Dengler que aporta efectividad para engordar un sonido ya de por sí grave. Y, por último, en la batería el notable Sam Fogarino quien está siempre con el golpe justo y aportando creatividad en cada rítmo.

Por suerte esta banda estuvo de visita por Buenos Aires en marzo dando un excelente concierto en el Gran Rex. Pudo ratificar y mejorar todo lo bueno que se escuchaba en sus discos dejando una excelente impresión en un público cargado de darkies y de amantes del pop más oscuro.

Leonardo Martín